viernes, 30 de septiembre de 2011

El clásico también se vivió en las afueras del estadio Monumental

Sábado 24 de setiembre del 2011, día importante para todos aquellos que amamos el fútbol, amanecemos con ganas que sean las 5 de la tarde para poder presenciar en el estadio Monumental, el Clásico del fútbol peruano. Pero este partido es especial por ser el último de este año.

Aparte de la alegría que puede haber por ir al estadio para vivir el partido a ‘flor de piel’, poder escuchar los cánticos de las barras, dejarte llevar por el mezclar del olor de anticucho con el del choripán, pagar la gaseosa más cara de tu vida, todo con tal de poder seguir alentando, está como llegar al coloso de Ate para sentir toda la fiesta del fútbol.

Primer dilema, el carro no llega hasta la misma puerta del estadio, así que hay que caminar desde el óvalo Huarochirí. Desde acá empezamos a vivir la previa del partido entre los ‘compares’. Los vendedores de camisetas de ambos equipos están a lo largo de todo el camino, ya sea apostados en el piso, de pie, o los ‘móviles’ (cada vez que viene la policía tiene que irse). Al igual que ellos, siempre están acompañándote –realmente cuidándote- son los policía a pie y montada, gracias a esta última es que puedes pisar ‘regalito’ del caballo si te descuidas un segundo, gracias.

Siguiendo con nuestro recorrido para llegar a la cancha, nos encontramos con la llegada de dos buses llenos con de hinchas de Alianza que rápidamente fueron abordados por los señores de verde, que gritaban: ”Péguese a la pared. Sáquense la correa y entrada a la mano”. Tras esa advertencia y acompañada del relinche del caballo, rápidamente eran acatadas las palabras por los cientos de barristas blanquiazules. Esto era un indicador que el estadio Monumental definitivamente estará lleno.

No pasaron ni cinco minutos del arribo del bus e hizo su ingreso el Comando Sur, con el bombo de fondo de las barras entonadas por los cientos de blanquiazules. Algunos andaban con los polos amarrados en la cabeza, debido al sol, pero la mayoría lo agitaba por encima de la cabeza. Los hinchas victorianos, caminaron desde el estadio de Matute, escoltados por patrulleros, policías y ambulantes.

Mientras que al otro lado del Monumental, se encontraba concentrada la barra local, la ’Trinchera Norte’. Al igual que el ‘compadre’ el bombo es el dueño del ritmo de los cánticos y el pedido a gritos de los policías el mismo, pero acá si hay banderolas harán su ingreso al estadio. La cantidad de hinchas cremas que se apostaban en el ingreso de norte, nos adelantó que el clásico ya se vivía y no podía esperar más por su inicio.

Así se vivió la previa del clásico del fútbol peruano, dejando a todos con ansias del pitazo inicial, que prometerá un buen espectáculo futbolístico entre los ‘compadres’, que a pesar de estar pasando por malos momentos económicos, todos los jugadores han asegurado que eso se olvida al momento de pisar el verde.



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