El conjunto blaugrana derrotó 3-1 al Manchester United en la gran final de la Champions League y obtiene su cuarta ‘Orejona’
Fue la final que muchos fanáticos del fútbol esperaban. Los dos mejores equipos de la actualidad se enfrentaron en el mítico estadio de Wembley, Inglaterra, para definir al mejor de Europa. Barcelona y Manchester United disputaron, una vez más, una final de ensueño.
El juez del encuentro, el húngaro Viktor Kassai, pitó el inicio del encuentro. Manchester United sorprendió a muchos al mostrarse totalmente agresivo en el campo. Fueron diez minutos de control absoluto por parte de los ‘Red Devils’. Rooney, Giggs, Valencia y Hernández hicieron trabajar arduo y parejo a la defensa blaugrana. Valdés tuvo que salvar su portería en más de una ocasión.
Pasado aquel vendaval rojo, Barcelona reaccionó y no soltó el balón más. Bastó que Xavi e Iniesta calienten motores para hacer que el esférico sea de dominio entero del Barcelona. Pedro Rodríguez, el goleador de las finales, apareció en el minuto 27 para dejar en claro quien mandaba en Wembley. Tras un asombroso pase de Xavi, aquellos que solo el 6 del Barcelona sabe dar, apareció Pedrito, solo frente a Van der Sar para anotar el primero y desatar así, la locura de los hinchas culés.
Corrían los 34 minutos del encuentro, Manchester United no causaba peligro alguno en arco rival. Abidal, tal vez en el único error que tuvieron los españoles en el encuentro, regaló el balón a los volantes ingleses. Una pared entre Giggs y Rooney, para que este último remate de forma violenta a la portería de Valdés marcando así el empate transitorio.
Finalizó el primer tiempo y dejó un gran sabor en los fanáticos. Ambos equipos dejaban lo mejor de ellos en la cancha, pero sin lugar a dudas era Barcelona el que dominaba las acciones del encuentro. Los blaugranas hicieron que los ingleses se desesperen por tener el balón, cosa que los favoreció.
En el segundo tiempo hubo un solo en la cancha, y ese fue el Barcelona. Los culés juntaron a sus MVP: Messi, Villa y Pedro, para hacer de las suyas arriba. A los 54 minutos Iniesta sirvió un excelente balón a Messi, el argentino corrió hasta la mitad del área grande y sacó un excelente remate, anotado así el segundo.
Lionel, como nunca antes se lo había visto, gritó el gol como nadie más podía hacerlo. ‘Lio’ corrió por el borde del campo gritando y pateando cuanto objeto se le cruzara en el camino. Besó la camiseta del Barcelona. Aquella acción dio a entender lo que significa vestir aquellos colores para los jugadores: amor y entrega absoluta.
Pero Villa, tercer delantero del Barcelona, no quiso quedarse atrás y fue él quien concretó la goleada. A los 70 minutos anotó un tanto de antología. El ‘Guaje’ colocó el balón al ángulo superior derecho y Van der Sar, con su 1.97 metros de altura no pudo llegar.
Barcelona dejó todo en la cancha, demostró una vez más porque muchos lo consideran, tal vez, el mejor equipo de la historia del fútbol mundial. Aquellos pequeños, pero talentosos jugadores regalaron una nueva alegría a los amantes del buen fútbol.
Valdés, Abidal, Alves, Pique, Puyol, Mascherano, Xavi, Iniesta, Villa, Pedro, Messi, entre otros, son nombres que muchos llevaremos grabados a lo largo de los años.
Manchester United no fue rival en esta final. Los rojos se mostraron desesperados en el campo, corriendo tras el balón sin rumbo alguno. No existió orden alguno, y Sir Alex Ferguson perdió la partida ante un joven Pep Guardiola.
Con este título Barcelona suma su cuarta orejona en la historia y se va metiendo entre los clubes más ganador de Europa. Por lo pronto puede sonreír pues ya superó al eterno rival, al Real Madrid, con número de títulos obtenidos a lo largo de su historia. Barcelona suma un total de 77 contra 76 de los madridistas, una cifra para nada envidiable.
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