Reflejo de la criollada: El manejo del fútbol peruano nos aleja de algo tan cerca: Brasil (2014)
El problema del fútbol peruano no es cosa de estos tiempos. La indisciplina, corrupción y demás temas que hoy son temas de todos los días, también
se vivieron en aquella época ‘dorada’ del balompié nacional. La gran diferencia es que ahora todos han crecido y nosotros vivimos de recuerdos.
A medida que los fracasos se van acumulando, ahora existen más dedos que
señalan y no aguantan ver la camiseta de la selección manchada. Escándalos dirigenciales,
que más parecen peleas de callejón, futbolistas convocados que prefieren evitar
jugar y se excusan en una dolencia o simplemente el periodismo mediocre que por
vender nos hace creer que tenemos a un
grupo de superhéroes jugando en Europa.
Soluciones se han propuesto, más no han sido escuchadas. Es
que hay que tener en claro que muchas veces se choca con intereses muy fuertes
que dejan de lado la gloria que significa llegar a lo más alto en una
competición de selecciones o clubes. Lamentablemente, seguimos engañados, literalmente
nos meten el dedo con ‘spots’ que más parecen una burla que un verdadero
mensaje de aliento al fútbol peruano.
Para el común denominador del ciudadano de pie, Manuel
Burga, Presidente de la Federación Peruana de Fútbol, se solventa con dinero de todos los peruanos.
Eso es falso. Con ello no quiero decir que el mandamás de la FPF sea santo de
devoción. Él es uno de los principales culpables de la cola de fracasos que
vivimos. Para ser crudos Burga podría ser algo así como un ‘Montesinos’ de Blatter pero en el Perú.
Los casi veinte años que tiene metido dentro del ámbito del
ente más importante que dirige el fútbol peruano, ha permitido que crezca su nombre
dentro de FIFA. El respaldo y la coraza que hoy el ofrece Joseph Blatter, le ha
servido para entornillarse dentro del cargo. En conclusión, para retirar a
Burga del sillón de la federación tiene que ocurrir una hecatombe.
Pero si creemos que el único culpable es Burga, estamos
errados. El sistema con el cual se rige
el fútbol peruano es casi tan sucio y corrupto como la política. Las Ligas
Departamentales, que sencillamente no hacen nada por resurgir en el fútbol en
cada región. Por lo único que se preocupan es por los viajes que les ofrece la
FPF con la selección. Siendo concretos su trabajo no existe y disfrutan de
grandes viáticos y lujos que se les da como retribución a un voto.
Asimismo, el periodismo es ajeno a este cúmulo de fracasos.
La prensa deportiva, en la cual estamos inmersos, realmente está tan podrida como
los propios dirigentes que hoy viven del fútbol. Las portadas de los diarios deportivos, que
día a día colocan a jugadores peruanos en equipos élite del fútbol mundial.
Engañando al aficionado que se ilusiona que sus compatriotas pueden estar casi
casi al nivel de Messi o Cristiano Ronaldo.
No es broma. Muchos peruanos creen que Pizarro, Vargas,
Farfán y Guerrero están a nivel de jugadores top del mundo. Premisa que es obviamente no es real. Jugar
con la ilusión de la gente cada vez que se acerca un partido importante de selección
o clubes es lo que da la prensa actualmente. En el Perú casi no existe, por no
decir no existe, el periodismo de análisis e investigación.
Finalmente, la publicidad que se dirige al subconsciente de
una persona, hoy ataca con reclames que prácticamente terminan siendo una burla
para el hincha peruano. Si bien es cierto, su trabajo está bien hecho, pero la
coyuntura en la que estamos no permite que se den ese tipo de ‘spots.’ Que a la
larga así como lo antes mencionado (dirigentes, jugadores y periodismo) son únicamente
parte de este circo que vive el fútbol nacional.
Quién nos podrá defender. Los años pasan y a pesar que
tendremos un mundial en un país vecino, parece tan lejano como el de Qatar el
2022. Sistema del fútbol peruano, dirigentes, jugadores, periodismo e hinchas
son culpables de este fracaso que parece una gran bola de nieve que no para de
crecer.
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