¿Existe el amor a la camiseta? Para la gran mayoría del futbolista peruano al
parecer eso no existe. El llegar a un partido de Eliminatorias con la mitad de
los ‘referentes’ lesionados es muy extraño. Y es más aún cuando el técnico no lo cuestiona y
se molesta cuando alguien se atreve a preguntar el ¿por qué? De lo sucedido.
Si de verdad en algún
momento llegamos a pensar que teníamos ‘Cuatro fantásticos’ o que en la Videna están los ‘Vengadores’ dirigidos por un ‘Mago’. Simplemente nos engañaron. Para mala suerte
nuestra ocupamos el tercer lugar en la
última Copa América. Digo mala suerte, porque ello nos engañó. Fue un simple
golpe de azar, Markarián no puede decir que planificó eso. Sería una nueva
mentira.
El excusarse de hablar cuando más se requiere de su palabra,
no es de ahora. Ya lo había hecho en otros lados. Sergio Markarián, cuando selló
su vínculo con la Federación Peruana de Fútbol sabía donde se metía, conocía el
medio y ahora nos refriega un tercer lugar en Copa América y un sub título con
Cristal.
La derrota con Colombia nos devolvió a la realidad. En el
Perú no existe el trabajo serio en el
fútbol. Se juzga a Revoredo por la falta de técnica en el gol ante los ‘cafeteros’,
pero él no tiene la culpa sino los profesores que de repente nunca tuvo en
divisiones menores.
Los resultados en el
campo de juego no los vamos a resolver así venga a dirigir a Perú, Guardiola o
Mourinho. Lamentablemente, aquí primero
se velan por los intereses de los dirigentes y sus viajes, que el verdadero amor al fútbol. Nos hemos acostumbrados a vivir engañados por
ellos. Y si las cabezas hacen lo que quieren, ¿Qué podemos esperar de los
futbolistas?
Jugamos como nunca y
perdimos como siempre. Parece cliché. Pero es de toda la vida. Ahora viene un
rival realmente duro. Un Uruguay que siente de verdad su camiseta, que mata por
ella. Esperemos que la presentación ante ellos sea digna y que Markarián no
quiera desenmascarar a todo el mundo al final del partido. Aunque quizás opte
por quedarse por allá y diga que lo olvidaron en el hotel.
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