El pasado sábado no fue otro día más para ese ramillete de almas que se aglomeran semana a semana, año a año, generación en generación reivindicando el sentimiento edil. Ese día la Banda del Basurero dijo presente en el San Martín. Su querido Municipal volvía a estar en la mira de los flashes. Se mediría ante el Sport Boys en el inicio del Torneo Intermedio.
El encuentro estaba pactado para las 13:45pm, sin embargo sorprendía la poca concurrencia al estadio santo. A falta de una hora para el pitazo inicial habían más efectivos policiales que hinchas, y juntos no superaban los 50 concurrentes. Era evidente el interés que despertaba la final de Wembley. Para cuando Héctor Rojas hizo sonar su silbato el marco bordeaba los 3,500 espectadores, la Banda hizo su aparición faltando 10 minutos para el duelo.
Es increíble como la “Academia” puede despertar semejante adhesión colectiva. Los 500 fieles que estuvieron instalados en Oriente no dejaron de corear el echa “muni” a lo largo de los 90 y pico. En la previa los números y el roce de Primera jugaban a favor de Boys, y esto se hizo notar en la primera parte. Las mejores ocasiones fueron para los porteños, quienes mostraron un plantel inédito con ciertos injertos (Arce, Seminario) del primer equipo. El nerviosismo era palpable en los ediles, para muestra los innumerables rebotes concedidos por Ronald Ruiz.
Pero las estadísticas son meras referencias que anteceden un partido, y en la mayoría de casos se revierten cuando uno menos se lo espera. Para el segundo tiempo el profesor Aristóteles Ramos apostó por la inclusión del tándem García-Maraví. Los pequeños volantes le dieron otra cara a la franja. El oficio exhibido por los rosados en los primeros 45 desapareció. Municipal sacó la garra que imprime en el Interligas y disputó cada balón dividido como si estuviese jugándose su ascenso a Primera. Más allá de las ganas ediles y el cartel porteño los goles brillaron por su ausencia, se quedaron en Wembley.
La suerte de ambos seria dirimida desde los doce pasos. Allí surgió la figura de Ruiz. Dejó de lado al timorato y desencajado arquero de los 90 minutos, dando paso a la figura sobria y atinada de los penales, emergiendo como el héroe de la banda. Los villanos porteños fueron el zurdo Joseph Muñoz y el reservista Héctor Santos. Deportivo Municipal había cortado una racha de 14 años s poder imponerse ante la “Misilera”. Si bien la alegría no fue desbordante, esta se puso de manifiesto en el campo rimense. A “Muni” le espera aún un largo trecho por recorrer en ese anhelado camino a Primera. Le espera otro histórico en 8vos del Intermedio: El Unión Huaral. Pero de lo que puede estar seguro el plantel edil es que la Banda estará en las buenas, en las malas, y en las peores.
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