Se quedaron con las ganas
El derbi español en una final de Champions tendrá que esperar. Tanto el
Barcelona como el Real Madrid quedaron eliminados y tendrán que luchar una temporada más
para intentar levantar el trofeo más deseado en Europa.
El fútbol no tiene lógica. Cuando se conocieron las llaves
de semifinales de la Champions League, todo apuntaba a la final soñada entre el
Barcelona y Real Madrid. Era el negocio
perfecto para todos, desde los dirigentes de UEFA, periodistas e hinchas del
fútbol.
Sin embargo, desde los
partidos de ida se notó que ese cometido no sería fácil. Tanto el
Chelsea como el Bayern hicieron respetar su localía y derrotaron con lo justo a
los dos monstruos del mundo de la pelota. Para los partidos de vuelta se
avizoraron sendas goleadas de ambos equipos españoles. Las casas de apuestas
pagaban casi el triple por el batacazo de las escuadras que no eran favoritas.
Y como el fútbol es tan hermoso, se dio la ilógica. En primera instancia, un equipo inglés, que con
una estrategia poco vistosa pero efectiva, obtuvo los pasajes hacia Munich. Las
críticas llovieron, como cual meteoritos cayeran sobre la tierra. El mundo
futbolero no imaginó nunca a este ‘Barza’
fuera de un nueva final de Champions.
Messi fue puesto en el ojo de la tormenta. Dejó de ser un
extraterrestre, para convertirse en un futbolista como cualquier otro. Fallarse
el penal y no aparecer en un encuentro clave
no se lo perdonaron. No obstante, el Barcelona se puede jactar que siempre
fue fiel estilo a su juego. Qué este torneo tan importante lo jugó con un 80%
de canteranos y qué pase lo que pase no dejará de ser uno de los equipos más
importantes del planeta.
Por otro lado, en la vereda de enfrente el Real Madrid llegó
con casi los mismos argumentos y aún más de ser finalista. El envión anímico
con el que llegaba era distinto. Desde Mourinho hasta el último hincha del
Madrid se imaginaron levantando la ‘Orejona’ antes de tiempo. De igual forma,
la ilusión creció en desmedida cuando apenas a los 6’ Cristiano Ronaldo marcaba
de penal el primero del partido.
La locura desatada por la ventaja que ponía CR7, hizo presa
de las redes sociales a Messi con una ‘hashtag’ #AprendeMessi. Todos se
olvidaron, que el Madrid tenía como rival al Bayern Munich, equipo alemán. Que
con inteligencia y a pesar de estar abajo en el marcador, nunca renunció al
ataque, siempre tuvo al cuadro blanco con el cuchillo entre los dientes.
Se dio lo inesperado. Se llegó a los tiros penales - mal
llamados- ruleta de la suerte. La
tensión se apoderó de Madrid y el parte del mundo. La frialdad de los teutones
se vio reflejada al momento de estar frente a Casillas. A Cristiano Ronaldo
esta vez le tocó fallar. Estar por encima de Messi le duró veinticuatro horas.
Ambos se colocaban al mismo nivel otra vez.
La efectividad del Bayern hoy les permite jugar la final en
su estadio. Aquí no hubo suerte, ni nada
de eso. Los alemanes, como los ingleses son justos finalistas, porque apelaron
a su juego. Eso permitió dejarlos tan cerca la de la ansiada Liga de Campeones.
Los de Alemania van por su quinta ‘Orejona’. Mientras que el
Chelsea esta vez si quiere levantarla por primera vez. Es una final, donde
cualquier cosa puede pasar. Para este caso no hay favoritos porque simplemente
el fútbol no tiene lógica.
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