Pese al ambiente de gala que se respiraba horas antes en la capital de España -los jugadores fueron
recibidos como héroes, como si ya hubieran ganado un título- ante la
trascendencia del choque, y pese a que el Santiago Bernabéu se había vestido de gala, como en las
mejores ocasiones, el equipo blanco se ha quedado a las puertas de la final de
la Champions. Mourinho se
queda sin su tercera Champions, tras las conseguidas el Oporto y el Inter de Milan, y el Real Madrid sin la
décima, cuando todos los madridistas ya se veían en Múnich celebrándola,
pero ésta tendrá que esperar, por lo menos una temporada más.
Lleno absoluto en el Bernabéu para acompañar a su equipo en el
camino hacia Múnich. De inicio los hombres de Mourinho han salido como un tiro, sin contemplaciones y a por
la victoria y prueba de ello ha sido el primer gol del Madrid, que ha llegado
en el minuto 4', justo dos minutos después de una buena llegada de Khedira. Y en éstas que Marcelo cambia
de lado, Di María golpea y el balón pega en la mano de Alaba. La mano parecía involuntaria, pero cortaba la trayectoria del
balón y el colegiado, el húngaro Viktor Kassai, señalaba la pena máxima. Cristiano no
fallaba y anotaba su noveno gol en diez partidos.
Todo se ponía de cara para el conjunto blanco. Habían abierto
temprano la lata alemana, como mandan los cánones, pero el Bayern no se
escondía y buscaba la meta de Casillas. Robben, Gómez y Ribery han
tenido varias ocasiones de subir las tablas al marcador, especialmente una del
ex madridista que parecía incomprensible que la pudiera errar.
El partido era de ida y vuelta, el juego del Madrid no conoce la
pausa, el medio del campo no existía, y CR7 aprovechaba una buena combinación
de Ozil y Benzema junto a una indecisión en la zaga para plantarse ante Neuer y subir el segundo al marcador. Mourinho
pedía calma, pero lo cierto es que la defensa de los alemanes parecía un
flan.
Las delanteras se imponían a las defensas y el Bayern, especialmente
por el lado de Marcelo lo tenía demasiado fácil, hasta que Pepe
comete un claro penalti cuando Gómez se disponía a tirarse de plancha para batir
a Casillas. El colegiado lo veía, señalaba el máximo castigo, pero le perdonaba
la expulsión. Robben no fallaba y subía el gol al marcador. Se
reproducía el mismo resultado que en Múnich, pese a que Casillas se tiraba bien
y tocaba ligeramente el balón. Era el cuarto gol de Robben en Champions.
Después la tuvo Benzemá, una
nueva de Gómez y con este resultado se llegaba al
descanso, justo el mismo marcador con el que se iba al descanso el Barça ante el
Chelsea.
En los segundos 45 minutos el Bayern estuvo mejor. Dispuso de
más control del juego y dominó más la situación. Ambos equipos tuvieron
ocasiones, Benzemá para el Madrid y, sobre todo, Mario Gómez para el Bayern. El
hombre de Heynckes sólo tenía que empujar la pelota, pero se
líaba y fallaba.
El Madrid se diluía, les pesaban las piernas y no podía con el
Bayern, a quien en algunos momentos se le vio demasiado contemplativo. El
Madrid esperaba en su campo y lo confiaba todo a la pareja atacante Benzemá y Cristiano Ronaldo, pero
esta noche tenían la pólvora mojada.
A
medida que pasaban los minutos se veía complicado que el resultado pudiera
variar e incluso en la prórroga, ya que el juego era demasiado especulativo.
Nadie arriesgaba, nadie quería perder un balón y exponerse a una jugada de
peligro en su arco. El cansancio era muy notorio en ambos lados, más en el
Madrid, que venía del partido del Barça, y que se evidenciaba en el trote de
Xabi Alonso u Özil.
Y de
esta forma se llegaba a los penaltis, donde se daba la circunstancia que el
Madrid fallaba más de la cuenta (Cristiano Ronaldo, Kaká y Sergio Ramos), y
donde Casillas mantenía las esperanzas de los suyos al detener dos
lanzamientos. Dicen que mal acaba lo que mal empieza y CR7 comenzaba la tanda del Madrid errando -era
el primero que fallaba tras 17 seguidos marcando-. Kaka -que cuando ha salido
no ha aportado nada- fallaba el suyo en una ejecución calcada a la de su
compañero, mientras que Alaba y Gómez no erraban.
El Bernabéu no daba crédito a lo que sucedía, y una puerta a la
esperanza se le abría con las paradas de 'San Casillas' a disparos de Kross y Lahm.
En este momento todas las miradas estaban puestas en Sergio Ramos, pero el sevillano lanzaba su golpeo a las
nubes, ante la desesperación de Ramos, del resto de sus compañeros, del
madridismo. A Ramos le pudieron los nervios. Todo lo contrario que a Schweinsteiger que
superaba al portero de Ávila y lleva al Bayern a disputar la final de Champions
en su estadio, en el Allianz Arena el próximo 19 de mayo.
Qué
curioso es el fútbol, cuando muchas eran las voces que daban por hecha una
final de Champions Barça-Madrid, resulta que ésta se la van a jugar el Chelsea
y el Bayern. Fútbol es fútbol y la décima tendrá que esperar, por décima vez,
una temporada más.
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