Factor que sobresale: Familia

La familia fue la pieza clave en el resultado del clásico, subieron jugar con la número doce.

Todo clásico tiene algo por qué jugarse, esta vez, el orgullo estaba en juego. Dos equipos que llegan decaídos, con problemas internos y lejos del primer lugar de la tabla, buscaban sumar tres puntos, cantidad que hoy en día parece difícil de conseguir tanto a Alianza Lima como a Universitario.

El partido estuvo opaco, con pocas ocasiones de gol, algo estaba claro: Si Universitario anotaba, sería el oportuno Miguel Ximénez, quien siempre está cerca del arco, esperando un error del rival para poder concretar, mientras que si Alianza marcaba, sería el entusiasta José Carlos Fernández, un delantero nato, si sale del área es para contribuir el ataque, regresar a su posición y marcar. Esta vez la oportunidad fue para uno de ellos, para el segundo.

Pieza clave del equipo de “Pepe” Soto. El chileno Meneses sabe cómo jugar, dónde jugar y con quién. Colocó un pase de 30 metros para que Carmona asista a Fernández, Carmona lo entendió a la perfección, servido Fernández. Balón al área y gol de “Zlatan”. Jugada clásica de Alianza planteada en un clásico. Ximénez tuvo su oportunidad, claro que sí, jugada que para muchos debió ser sancionada como penal, pero Víctor Hugo Rivera no cobró.

Justa victoria para el equipo de José Soto, quienes demostraron mejor fútbol y llegadas concretas al arco de Llontop. Merecido para aquel equipo que mostró que la unión del equipo y su familia puede más que los problemas internos. Recibir la visita de los familiares en los entrenamientos, encontrarse con postales de ánimo dentro del camerino y jugar un nuevo clásico con nuevas camisetas, son factores que incentivaron el juego del equipo íntimo, sin duda, el resultado positivo fue fruto de lo trabajado en la semana, el sentimiento.

Otro de los momentos más emotivos del encuentro, cuando el equipo aliancista se acercó a la barra, aquella barra Sur que siempre estuvo presente, quienes alentaron en las buenas y en las malas, a ellos, los jugadores les agradecieron regalándoles sus camisetas. Gesto que, sin duda, llega al corazón de la hinchada íntima.