jueves, 7 de junio de 2012

Jugamos como nunca, perdimos como siempre..



Rodríguez en el momento del gol.

El partido de Perú – Colombia jugado en el estadio Nacional de Lima el pasado 3  de Junio, para mí, fue una muestra de lo que cuesta caro en un nivel tan competitivo como las Eliminatorias sudamericanas. Lastimosamente,  Perú tuvo las ocasiones más claras del partido pero no las concretó, mientras que Colombia la única que tuvo la cambió por gol.

Y es que es así, en eliminatorias si concretas la o las que tienes, terminas ganando el partido. Así de simple. El rendimiento colectivo y personal del equipo peruano resaltó. Resaltó el orden táctico (hasta el gol que fue un claro error colectivo como personal de Revoredo), la entereza de la línea defensiva con Álvarez que jugó un gran partido y la fuerza que tiene Paolo Guerrero  en el ataque, aguantando las marcas y generando peligro.

A pesar de tanta limitaciones por los lesionados (7 antes del partido), Markarián planteó un partido inteligente poblando el medio campo rival, aislando a Falcao adelante donde fue controlado por Galliquio con Álvarez o con Ramos, dependiendo del lado a donde se movía el jugador del Atlético de Madrid. Radamel tuvo una sola durante todo el partido, que fue un cabezazo que se fue muy desviado casi al final, sin embargo, Colombia ganó. Ganó bien porque en el fútbol no existen los merecimientos. El que mete los goles o el gol, gana. Así de simple.

Se puede decir que Colombia nos ganó como Perú le a Colombia en la Copa América: haciendo los goles pese a no ser el dominador del juego.  Creo que Perú pierde el partido cuando se realiza el cambio de Ruidíaz por Lobatón. Al salir el jugador de Cristal se pierde el control del medio campo, ya que tanto Cruzado como Ramírez, tienden a ir para adelante dejando un hueco en el medio. El gol es producto de ese desorden táctico. Revoredo, por inercia, siguió la marca de James Rodríguez y terminó donde terminó: metido en el área sin poder despejar el balón por falta técnica en el perfil.

El error está en el cambio de marcas. Si el volante extremo rival hace la diagonal hacía adentro, el volante-lateral (en este caso Revoredo) ya no puede seguirlo hasta que acabe la jugada, tiene que cambiar la marca. Ya sea Galliquio o el volante de contención debieron agarrarlo. Pero que pasa, el volante ancla ya no estaba. Por eso digo que por inercia Revoredo terminó cerrando erróneamente. Cabe mencionar que la figura del encuentro fue el portero Ospina, que ganó en los dos mano a mano que tuvo ante Carrillo y ante Guerrero, en el segundo tiempo. Siempre se dice que un equipo se arma de atrás para adelante y en este Colombia cae a pelo. Ospina no solo genera confianza a su defensa sino, sabe jugar y leer el partido (de una atajada suya vino el contragolpe que terminó en el único gol del partido).

Los lesionados es un tema aparte. La pregunta es: ¿Por qué en las otras selecciones donde tienen más jugadores en Europa no se lesionan y en Perú si? ¿Acaso no vienen de la misma exigencia y competitividad en sus clubes?.  Lo que pasa en la selección peruana, creo yo, viene por otro lado. Pareciera que nuestros jugadores esperan desesperados los partidos de Eliminatorias para venir y visitar a la familia, amigos y a sus mujeres, mas no para vestir la camiseta de la selección.

Lo que se tiene que hacer para con nuestros seleccionados es, desde el primer día que pisan el aeropuerto Jorge Chávez, alojarlos en la Videna sin salir hasta el último partido de la fecha doble de Eliminatorias. Tal cual ha hecho Paraguay que lleva dos semanas entrenando en la Paz, sin días libres ni visitas de familiares y solo para el partido contra la selección local. Solo para un partido. Ahora Farfán intoxicado. ¿Por qué? Según el médico de la selección (para mí un apañador como Markarián) sufre un intoxicación por el fuerte tratamiento antihistamínico que está recibiendo. 

El partido contra Uruguay si Perú lo juega con el mismo dibujo táctico y con la misma concentración (excepto el error del gol). También, Perú tiene que ser más eficaz en la definición. Si en Montevideo concretamos la única que tengamos, seguramente se empatará o se ganará. Claro, si defensivamente cumplimos porque de nada sirve culminar las ocasiones de gol si atrás no cumplimos con mantener el orden y alejar el peligro. Uruguay no es Colombia, y el Centenario no es el Nacional de Lima. El equipo de Tabárez viene de sufrir un empate que no gustó y están decididos a ganarnos para darle tranquilidad al pueblo uruguayo. Poco son los equipos que van al mítico Centenario y se alzan con los tres puntos, espero que nuestra selección de la sorpresa y lo consiga.

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