La ilusión es un sentimiento de buscar lo
inalcanzable, de lograr una meta muy lejana o de llegar a un punto donde
nada más te pueda satisfacer. Llegar al mundial para Perú no es un
objetivo, sino una ilusión. Es un sueño que cada vez que se disputa un
encuentro oficial por Eliminatorias se disipa poco a poco, pero se
regenera entre las paralizaciones del torneo. Es más que una simple
tarea llena de microciclos, mesociclos o macrociclos. Va más allá de
eso. Es un trabajo continuo, consecuente y responsable entre todas las
partes que encierran un equipo de fútbol o en este caso a una selección.
Y, lastimosamente para nuestras aspiraciones, sueños y anhelos, no llegamos a un nivel óptimo.
Hay ciegos que niegan todo. Somos lo mejor o lo
peor. Tenemos cuatro fantásticos o a los tres chiflados. Vamos al
mundial o somos la peor selección de este proceso clasificatorio.
Pero no hay punto medio. Para mi sí lo hay y existen puntos a
favor y en contra de lo que hemos visto hasta el momento.
El resultado ante Colombia nos choca a todos, pero
empezamos perdiendo el encuentro antes de jugarlo. Tantas lesiones,
viajes que dejan dudas y factores extradeportivos no permiten hacer un
trabajo serio en un grupo de jugadores. Sin embargo, sorprende la
competitividad que tiene este equipo. Me tomo la libertad de decirlo
porque para mi fue una sorpresa muy grata ver competir en buen nivel a
varios jugadores del medio local que muchas veces son ninguneados por
algunos hinchas. Que no se malinterprete lo escrito, no intento engañar a
nadie. Álvarez no está para terminar su carrera fuera del país ni
Galliquio es un top ten de zagueros sudamericanos. Pero con trabajo y
orden táctico las diferencias individuales entre dos equipos se
maquillan a tal punto que por un momento hasta quieres dudar sobre esas
afirmaciones. Perú no es más que Colombia bajo ninguna circunstancia -ni
siquiera en el marcador- pero fue un cuadro que, aunque algunos mezquinos
no lo reconozcan, superó sus limitaciones para competir ante una
escuadra bastante más poderosa.
Las limitaciones que tiene este equipo hacen que las posibilidades de ir al mundial sean una proeza más difícil de concretar, pero trabajo hay. Después de Bolivia, somos el segundo país con menos jugadores 'extranjeros' en las Eliminatorias. Entonces, partamos de nuestra realidad para luego buscar un espacio entre los mejores. Colombia, gracias a Dios, nos regresó un poco a nuestra realidad, realidad que a veces olvidamos y nos afectan en los criterios de opinión.
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